jueves, 6 de octubre de 2011

La psicología de El Destripador

Si nos preguntásemos como reconocer a un asesino en serie, seguramente, nos asustaría saber que muchos de los asesinos en serie son personas que llevan una vida normal y corriente, como la de cualquier ciudadano.  Pero si ahondamos un poco más en su perfil psicológico nos daríamos cuenta que muchos de ellos comparten unos rasgos determinados, rasgos que se encargan de estudiar profesionales con conocimientos para ello (psicólogos, criminólogos…)
Se considera que estamos ante un asesino en serie cuando aquella persona comete más de tres asesinatos en un período de tiempo de más de treinta días, siempre dejando unos días de margen entre cada asesinato, el llamado período de enfriamiento. El objetivo del asesino en serie es alcanzar la gratificación psicológica que le proporciona el asesinar a sus víctimas, en la mayoría de los casos por compulsión sexual y/o ansias de poder.

A Jack el Destripador se le ha  considerado uno de los mayores asesinos en serie de la historia de la humanidad. Una persona inteligente y audaz que nunca fue encontrada por la policía. Algunos lo calificaron como “fascinante, misterioso y terrorífico”, y es que sin duda, El Destripador, considerado el rey del crimen, tuvo la suficiente inteligencia como para cometer los delitos sin dejar pista alguna que le vinculara. La policía de Scotland Yard empleó todos sus esfuerzos y puso todas las técnicas disponibles para encontrarlo, pero todo fue en vano, el asesino en serie iba siempre un paso delante de ellos, cometía los asesinatos con suma inteligencia. 
Una de las pocas pistas que tenía la policía de Scotland Yard es que el asesino debía de tener amplios conocimientos de anatomía, por la forma en cómo destripaba a todas sus víctimas. Unas víctimas que por cierto, tal y como hemos podido leer en nuestra última entrada, todas eran féminas. ¿Por qué? Por una sencilla razón, Jack obtenía satisfacción sexual con los asesinatos que cometía.

Otro de los rasgos que caracterizó al asesino fue su sentido del humor. Jack el Destripador se encargó de enviar cartas a la policía dónde mostraba su clara intención de continuar matando y disfrutar con lo que hacía “No pararé en mi tarea de destripar putas. Y lo seguiré haciendo hasta que me atrapen…no les importe llamarme por mi nombre artístico. Suyo afectísimo, Jack el Destripador”. Numerosas cartas en las que el asesino serial mostraba su poderío.

Un asesino en serie que murió sin ser identificado, pero que consiguió la fama soñada y se convirtió en el referente para otros asesinos seriales que le precedieron. Con sus asesinatos saciaba dos de sus necesidades: tener el control sobre los cuerpos y llamar la atención de la sociedad de la época, aunque su huella ha llegado a nuestros días.

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